Una cabra llamada Mora y un camaleón destacaron ayer entre los animales más singulares que recibieron el rociado de agua bendita lanzado a diestro y siniestro por el párroco, Jesús Eguarás, desde la balaustrada de la Iglesia de San Antón a la plaza principal del barrio. Allí se concentraron unas mil personas, alrededor de doscientas con mascotas en su mayoría más pequeñas que las de otros años, en el día de su fiesta patronal.
- Dos jinetes, con sus monturas, en la plaza de la Iglesia. :: P. S. / AGM
Antonio Solano, dueño de Mora, estaba ayer nerviosísimo, entre jinetes con sus monturas y propietarios de calesas y tartanas. Mucho más que el animal de menos de un año, que recibió de buen grado el bautismo, alzado en brazos por encima de la multitud por un pariente adulto del chaval.
Juan Diego Esparza, propietario de Chispita, una perra de pocos meses, también acudió a bautizar a su mascota, en compañía de sus padres Miguel Esparza y Carmen Aznar «Pues sí que ha venido gente, pese a ser día entre semana», comentaban. «Hay más que el año pasado. La afluencia ha sido mayor durante toda lo que va de semana de fiestas», replicaba, entre servicio y servicio de ración de pulpo, un camarero de una tasca cercana. Los precios oscilaban entre dos y tres euros para las raciones individuales y los seis y los ocho, para las de varios comensales.
No solo había pulpo, también los típicos rollicos del santo, que además de poder comprarse en las panaderías, estaban a la venta en la misma puerta de la iglesia, después de la misa. «A dos euros, oiga. Son artesanos, muy buenos para comer. Pero también se pueden guardar en un cajón, bien escondidos, y traerán fortuna a quien los haya comprado», explicaba Loli Cárceles, que lleva décadas en la comisión de la parroquia, que recibe lo recaudado.
El bullicio también se notó en la tribuna de autoridades, en la que estuvo la alcaldesa, Pilar Barreiro, junto a once concejales del Gobierno y la oposición.
Algunos de los asistentes señalaron que la afluencia de propietarios de animales era menor que otros años. «Ha habido los mismos, pero quizá de menor tamaño. Hemos entregado cien ‘pines’ conmemorativos del bautismo y treinta trofeos a jinetes y conductores de carruajes», aseguraba el presidente de la Asociación de Vecinos, José Luis Hernández Bosque.
Por la tarde tuvo lugar el sorteo de un cerdo para el poseedor de alguna de las papeletas que, entre otras, también habían vendido Loli Cárceles y su compañera Mari Paz Triana, hasta esa misma mañana. Y a las seis empezó la procesión con el santo por las calles del barrio. Las fiestas continuarán hasta el domingo por la tarde, en la que habrá una postrera actuación musical, en el local social, a las seis.
Una recién llegada a la fiesta, Vanesa, de cinco años, que vio la bendición de los animales por primera vez a hombros de su padrino y tío Francisco Quiñones, lo dejaba claro: «El año que viene quiero traer a Mili, mi hámster, que acaba de ser mamá. Lo traeré en su jaula para que también los bendigan».
vía Los cachorros se llevan la bendición. La Verdad.