Button sorprende tras el diluvio
- El inglés se aprovechó de un trompo de Vettel en el último giro
- Alonso abandonó tras tocarse con el vencedor en la vuelta 37 y está a 92 puntos
- La carrera estuvo interrumpida durante dos horas por la intensa lluvia
- Alguersuari, octavo, logra su mejor clasificación; De la Rosa, 12º
Amagó el cielo durante todo el fin de semana preparando la descarga del domingo. La tormenta perfecta anegó el circuito Gilles Villeneuve para dejar la carrera a medias obligando a un parón de dos horas tras el que Fernando Alonso encalló. Vía libre para un Sebastian Vettel que se llevó el disgusto del curso al entregar la victoria a Jenson Button en la última vuelta. Un trompo inesperado que no le impide aumentar su ventaja en el Mundial sobre el segundo, el propio Button, a 60 puntos.
El agua atolondró a casi todos en un carrusel de decisiones incorrectas de la mayoría de los protagonistas del show. Primero los comisarios de la FIA, que decidieron suspender la salida lanzada y colocar el coche de seguridad en el comienzo de la prueba, a pesar de que apenas llovía en esos momentos. Alonso perdió ahí su oportunidad de intentar adelantar a Vettel en las primeras curvas. Se la jugó justo cuando el Mercedes plateado se marchó tras cinco vueltas de caravana innecesaria. Asomó el morro, apretó con ímpetu, pero el alemán tapó sin demasiados problemas y tras un par de escarceos dejó atrás a la pareja de Ferrari. En los siguientes 20 giros, el Red Bull fue marcando poco a poco distancia hasta que sus perseguidores cayeron en todo tipo de trampas.
Primero, los chicos de McLaren se tiraron los trastos en la recta de meta. Primer incidente grave entre Jenson Button y Lewis Hamilton, que hasta el momento siempre sonreían de la mano. Ambos se rozaron al intentar el adelantamiento el ex compañero de Alonso. Un sutil cierre, un zarpazo que no venía a cuento y uno de los coches para el desguace. Le tocó a Hamilton, que minutos antes también había tropezado con Webber.
Vettel se iba quedando sin enemigos mientras seguía circulando tranquilo al frente del grupo. El patinazo de Alonso llegó en la vuelta 18, cuando acudió a cambiar sus ruedas extremas por unas intermedias, tras comprobar que a Button le iban de miedo. Era arriesgado, porque la lluvia podía arreciar en cualquier momento, de hecho, los pronósticos así lo anunciaban. Pero así y todo Alonso y su equipo apostaron por nuevas gomas y ahí arruinaron la tarde. Error. Fue regresar a la pista y comenzar la mayor tormenta que ha visto la Fórmula 1 desde aquella que suspendió el Gran Premio de Malasia de 2009.
Con el aguacero volvió el safety car a regular la circulación y el español se vio perdido en mitad del pelotón. Al instante, con Vettel diciendo por radio que la visibilidad era nula, apareció la bandera roja. Carrera suspendida. Dos horas de incertidumbre y afanados comisarios achicando agua de todas partes. Sólo un receso que no impidió la reanudación del Gran Premio después de dos horas con el peor de los resultados posibles para Ferrari en un circuito que, supuestamente le va.
Apenas dos giros después de la reanudación, en la vuelta 37, el asturiano volvió a probar con los neumáticos intermedios. Pero en su retorno a pista, tratando de superar a Jenson Button por el exterior para recuperar la octava plaza, terminó encallado en el piano. Un toque fatal entre neumáticos y la mirada perdida quizás en la próxima temporada. Y es que el líder del Mundial, Sebastian Vettel, viaja ya a 92 puntos.
Nueva bandera amarilla y tercer coche de seguridad en pista. El anticipo de la resolución del podio, con un invitado sorpresa, el alemán Michael Schumacher. El Kaiser trataba de pescar en río revuelto mientras el morro de Massa se rompía en su encarnizada lucha con Kobayashi y los restos del monoplaza de Heidfeld volvían a movilizar al safety. Pero entre Button y Webber destrozaron sus ilusiones.
Pegado al coche de seguridad, Vettel, lanzado a otro triunfo, el sexto de la temporada, fue demasiado para su Mercedes, lo mismo que los DRS de Jenson Button y Mark Webber. El sexto triunfo del indestructible líder del curso parecía un hecho hasta que Button, con seis paradas, drive through incluido, desnudó al Red Bull en la última vuelta. Un trompo inesperado del alemán puso en bandeja su primer triunfo de la temporada… y el primer disgusto para el intocable Vettel.