Este domingo, con las cámaras del Plus como testigos, vuelven a cruzarse los caminos del FC Cartagena y el Real Murcia. Ambos llegan al derbi en su mejor momento de la temporada, lo que da un valor añadido a un partido ya de por sí imperdible.
Este domingo vuelve el derbi. Poco más hay que añadir a eso. Es curioso cómo un duelo deportivo entre Cartagena y Murcia, con todas las connotaciones y matices que ello tiene, puede explicarse con tan pocas palabras. Simplemente dos: el derbi. Y es que, después de que el Real Murcia pasara una temporadita «en el infierno», el camino de unos y otros vuelve a encontrase. En la memoria de los seguidores albinegros aún se conserva fresco el recuerdo de las dos históricas victorias ante el eterno rival de la temporada 2009-2010, mientras que la sangre de los granas hierve todavía por la afrenta y, sin duda, vendrán a Cartagena con ansia de venganza deportiva.
Porque el Real Murcia ha visto en los últimos años tambalearse su condición de primer equipo de la Región -no en cuanto a trayectoria histórica, que ahí sus supremacía es incuestionable, sino en lo que se refiere a poderío actual-, y eso es inadmisible para los de la capital. De ahí que las tornas parezcan haberse cambiado y, si tradicionalmente el derbi se ha tomado más en serio en Cartagena que en Murcia, ahora son los pimentoneros los que le están concediendo una importancia inusitada a ese lado del puerto de la Cadena, a pesar de que Richi no lo considerara así en la ruede de prensa del viernes. Prueba de ello es el hecho de que dos de sus futbolistas,Óscar Sánchez y Amaya, forzaron sendas amarillas el pasado fin de semana para cumplir sanción en el del miércoles y poder jugar así este domingo.
El choque llega en el mejor momento para los dos equipos. Tras un pésimo comienzo en el que ambos llegaron a ocupar las dos últimas posiciones de la tabla, parecen estar remontando el vuelo. Sobre todo los murcianistas, que suman ya siete jornadas consecutivas sin perder. Gracias a ello se han colocado en una cómoda décima plaza, con 15 puntos y a sólo dos de la zona de play off. Fundamental en ello es, sin duda, el nuevo modo de proceder en el seno de la entidad murcianista. El año en Segunda «B» ha purgado la altivez de la que en ocasiones hicieron gala en el pasado, y han regresado a la Liga Adelante con la humildad por bandera, con la permanencia como único objetivo y sin hacer grandes dispendios. Una actitud digna de elogiar y de la que muchos deberían tomar nota. Por eso no cundió el pánico cuando se perdieron los tres primeros partidos, dando, tanto desde el Club como desde la afición y el entorno, una muestra de madurez cuyo resultado salta a la vista.
Iñaki Alonso también tiene gran parte de culpa en el renacer grana. Sus planteamientos de juego pueden gustar más o menos, pero de lo que no hay duda es de que tiene las ideas muy claras y sabe cómo ponerlas en práctica. A sus órdenes se ha puesto una plantilla compensada, cocinada a fuego lento y que tiene en Emilio Sánchez e Iturra a dos de sus principales activos.
Por parte del FC Cartagena la recuperación está siendo más lenta, pero ya son cuatro las jornadas sin perder, lo cual ha permitdo a los de Javi López abandonar la última posición y tener a tiro de piedra salir de la zona de descenso. Parece que los albinegros por fin han dado con la tecla, sobre todo en defensa pero también en ataque, a lo que ha contibuido sobremanera la recuperación de hombres como Collantes y Abraham Paz, la inclusión en el equipo de Chus Herrero y Kijera y que jugadores como Txiki, Mariano Sánchez o Dimas vayan encontrando el tono. Precisamente el centrocampista catalán fue protagonista involuntario ayer, al levantarle el Comité de Competición la sanción y poder jugar el derbi.
Los cartageneros han tenido un día menos que los murcianos para preparar el choque pero eso no debe ser excusa, ya que a su favor contarán con una afición volcada con su equipo y con la dosis extra de moral que da vencer a todo un Deportivo de La Coruña. Eso sí, hay que evitar que esa moral no se convierta en un exceso de euforia que podría resultar contraproducente.
Pues eso, que este domingo vuelve el derbi. Poco más hay que añadir a eso. Bueno, sí, una cosa: que el partido no sirva de excusa para nada que no sea disfrutar de una rivalidad sana y deportiva. Que todo lo demás quede fuera.