Tras 126 años de historia, la inmensa mayoría de ellos en la Calle Mayor, a la Librería Escarabajal le queda apenas un mes y medio para echar el cierre. Eso ocurrirá el 30 de abril, según su encargada en las últimas tres décadas, Ana Escarabajal. Las deudas, la caída de las ventas y la falta de contratos públicos acaban con un negocio que afronta diez semanas de liquidación de sus existencias, con descuentos de entre el 15 y el 50%.
- Ana Escarabajal
Tres generaciones han pasado desde que Horacio Escarabajal, abuelo de Ana, abrió un pequeño establecimiento con el nombre de la familia. «Vendía libros pero también otros artículos en un local de la calle Serreta, esquina a la calle Pozo», comentaba ayer Ana, mientras recibía el saludo emocionado de clientes de toda la vida. Apenas tres años después de la fundación, Horacio Escarabajal tuvo la vista suficiente para hacerse con el local que dejaba un viejo café que ocupaba la mitad de lo que ahora es la librería.
«Mi abuelo le dejó el negocio a mi padre, Enrique Escarabajal, después de la guerra, pero continuó apadrinando tertulias y ayudando a hacer del establecimiento un lugar con mucha vida cultural», relataba la empresaria.
En 1975, en asociación con el propietario del edificio de al lado, Enrique Escarabajal reformó la librería para dejarla con la distribución que tiene ahora. «Siempre hemos hecho muchas actividades paralelas, pero desde que yo me hice cargo del negocio, en 1978, la presentación de libros ha sido una de nuestras señas de identidad», señalaba la responsable del comercio.
Los exitosos Arturo Pérez Reverte, autor cartagenero que vive fuera (en Madrid), y María Dueñas, escritora de fuera (de Puertollano, Ciudad Real) que reside en Cartagena, encabezan la lista de grandes escritores que han presentado alguna de sus obras en el primer piso de la tienda. Julia Navarro, Javier Sierra, Jorge Molist o el televisivo Iker Jiménez han compartido allí sus inquietudes con los lectores.
Además de invitar a autores consagrados, Ana Escarabajal ha desarrollado una importante labor de búsqueda de nuevos talentos con la organización de maratones poéticos y su colaboración en la edición de volúmenes recopilatorios y obras originales de autores minoritarios.
Cuesta abajo desde 2008
«A partir de 2008 comencé a notar que las ventas iban para abajo», según la representante de la tercera generación familiar. Primero intentó cubrir las pérdidas iniciales con la hipoteca de los bienes de la familia. No fue suficiente e inició un plan de austeridad que consistió en cerrar secciones de la tienda «Redujimos en papelería y luego clausuramos el piso de arriba. Pero cuando ves que puedes perder todo lo que tienes es que ha llegado el momento de replantearse en serio el futuro», lamenta.
Ayer, junto con la única empleada que le queda, colocaba un enorme cartel de ‘Liquidación’ en el escaparate principal de la librería. Los descuentos van del 15% en obras literarias en general, hasta el 30% en libros de estudios y para oposiciones. El material de papelería tiene rebajas de hasta el 30% y hay también una sección ‘outlet’ al 50%.
«Todo tiene que estar vendido en seis semanas», explicaba Ana, quien quiere llegar a finales de abril para poder vivir el último Día del Libro, el día 23, con la tienda abierta. «No sé lo que haremos, probablemente preparemos algún acto especial, con la ayuda de los amigos», según la nieta del fundador, mientras preparaba los correos electrónicos para comunicar la mala noticia a su listado de clientes más fieles
vía La Verdad